17 ago 2011

ECONOMÍA: ACTIVIDAD INDUSTRIAL DEL HUILA


Actividad industrial


Desde el periodo colonial, la región que hoy constituye el departamento del Huila estuvo vinculada a la producción y comercialización de bienes del sector primario de la economía (agricultura, ganadería y minería). Con el predominio durante mucho tiempo de relaciones sociales de tipo feudal y su aislamiento de los grandes centros de consumo - desde la decadencia de Popayán hasta la cuarta década del siglo XX, cuando se conectó Neiva con Girardot por vía férrea y se terminó la carretera, imposibilitaron el establecimiento de actividades industriales y comerciales de importancia en el Huila.

El origen de este renglón se puede remontar a los primeros años del siglo XX. En 1925, se tiene conocimiento del nacimiento de la industria molinera en Campoalegre que creció hasta llegar a la instalación de plantas automáticas de secado, trillado y empacado.

El auge económico que vive el país a finales de los 20, es consecuencia del impulso al desarrollo de centros industriales, que crecieron como respuesta al perfeccionamiento del mercado nacional, condujo a las autoridades departamentales a promover la actividad industrial en el Huila. En 1927 por Ordenanza se determina implementar fábricas de cigarros, cemento y baldosines con asignación presupuestal.

Para esa misma época en Neiva la industria del cuero, era la más importante de la Capital. Sin embargo, en las décadas posteriores la voluntad política no fue suficiente para impulsar la industria huilense o para iniciar efectivamente un relativo despegue.

El departamento siempre se ha caracterizado por una incipiente industria pese a los intentos en la década del 20, su comportamiento es casi idéntico en los últimos 30 años, desaprovechando los recursos con que cuenta para tal efecto y perdiendo la oportunidad de establecer a éste sector en una buena posición en la economía departamental.

En el departamento hay una fuerte economía agrícola y una parte de los capitales generados en este sector se reinvierten en el campo. pero la mayoría de las inversiones se dirigen hacia el sector de la construcción, al mercado especulativo de capitales o en otras plazas. La falta de personal calificado en áreas industriales; la fuerte competencia con las grandes empresas industriales del país y el poco mercado, debido al bajo poder adquisitivo de la mayoría de los huilenses; la falta de infraestructura vial y de comunicaciones y su arraigada tradición agropecuaria, son algunas de las razones de la débil actividad industrial en el departamento.

En el Huila no tenemos vocación industrial ni somos líderes en el país, así seamos de los primeros productores de petróleo, que tampoco industrializamos ni administramos, y eso explica por qué nos pueden manosear con unas regalías inferiores a las que nos corresponden.   Es magnífico que tengamos abundantes recursos naturales pero hay que complementarios con espíritu empresarial y mentalidad de riesgo.

En el Huila hay un buen talento humano, con grandes virtudes: laborioso, honesto, amable, sano, noble, hospitalario, pero no se ha hecho el desarrollo que merece y necesita este departamento. ¿Cómo se logra? Potenciando ese buen recurso humano, para que explote óptimamente los recursos naturales, con ambición, agresividad empresarial, que elimine el bloqueo mental y los prejuicios que limitan su creatividad (Armando Charry Barrios, 1990).

Nos falta ese motor con gasolina de alto octanaje: llamado Actitud Mental, que hace producir grandes resultados y que puede llevar a Huila a ser líder en el desarrollo del país. Aún hay tiempo para ello eduquemos a los nuevos hombres y reeduquemos a quienes tengan los antiguos hábitos y mentalidades, para que se puedan enfrentar los nuevos desafíos. Este debe ser nuestro reto para este nuevo siglo y milenio.

Finalmente, no debemos olvidar que la globalización y la apertura económica son estrategias mundiales que debemos afrontar con decisión si queremos tener un departamento y país desarrollado y con equilibrio social, o dicho en términos más profundos, si queremos una verdadera paz, con bases fuertes y estables.

Estar en esta jugada significa para nuestra manufactura e industria una disposición eficaz y óptima de todos sus recursos, que garanticen la excelente calidad y costos mínimos de operación, que la vuelvan competitiva en los mercados y así obtener nuevos recursos para éontinuar el desarrollo' e incrementar permanentemente nuestra calidad de vida.

He ahí el gran reto de este siglo XXI: garantizar un mejoramiento continuo de nuestra sociedad, a través de la competitividad de nuestras empresas.

El respeto por el cliente, la potenciación del recurso humano, la utilización de la tecnología, el pensamiento global o sistémico en las soluciones, el trabajo en equipo, el respeto por el medio ambiente y la aplicación de las técnicas y herramientas adecuadas, deben constituirse en nuestras premisas fundamentales.


Texto extraído  del libro “Huila, Montaña Luminosa del historiador Camilo Francisco Salas Ortiz

No hay comentarios: