Por Dr. Amín Cruz
Estamos en elecciones en Estados Unidos, hay que elegir a la presidenta o presidente que ocupará la Casa Blanca por un periodo de cuatro años, estas elecciones presidenciales de 2024 se celebrarán mañana martes 5 de noviembre de 2024, y serán las sexagésimo séptima elecciones presidenciales en Estados Unidos.
Los votantes eligen a los compromisarios que a su vez
deberán escoger al nuevo presidente y vicepresidente a través del Colegio
Electoral. Nótese que los resultados del censo de 2020 determinarán el número
de delegados para cada estado en el Colegio Electoral para estas elecciones.
El límite establecido por la Vigésima segunda Enmienda
constitucional permite al presidente en funciones Joe Biden, y al expresidente
Donald J. Trump, ser reelectos para un segundo período de gobierno. Las
elecciones primarias presidenciales y asambleas electorales de ambos partidos
se llevaron a cabo durante los primeros seis meses de 2024.
Este proceso electoral es también una elección indirecta,
donde los votantes emiten sus votos por una lista de delegados para una
convención de nominación de un partido político, quienes luego eligen al
nominado presidencial de su partido.
Además, las elecciones presidenciales coinciden con las
Elecciones al Senado de los Estados Unidos de 2024 en las que se eligen 33
senadores y con las Elecciones a la Cámara de Representantes de los Estados
Unidos de 2024 en las que se eligen la totalidad de la Cámara de
Representantes. Las elecciones al Senado y a la Cámara de Representantes se
realizan cada dos años.
El actual presidente, Joe Biden, por razones de salud y su
avanzada edad, se retiró de la carrera el 21 de julio y respaldó a la
vicepresidenta Kamala Harris, quien lanzó su campaña presidencial ese mismo
día. La retirada de Biden de la carrera lo convierte en el primer presidente
que no se presenta a la reelección desde Lyndon B. Johnson en 1968.
El predecesor de Biden, el expresidente Donald Trump, se
postula por tercera vez como candidato presidencial, después de haber perdido
ante Biden en las elecciones presidenciales de 2020. Se convirtió en el primer
político en ser candidato presidencial del Partido Republicano durante tres
veces consecutivas. Aunque Richard Nixon fue candidato por tercera vez en 1972,
sus candidaturas no fueron consecutivas, ya que las anteriores habían sido en
1960 y 1968.
En mayo de 2024, Trump se convirtió en la primera persona
que haya ejercido la presidencia de Estados Unidos, en ser condenada por un
delito, y en el primer político perteneciente a alguno de los 2 partidos
políticos principales, en ser candidato presidencial con una condena penal.
Proceso electoral
El artículo dos de la Constitución de los Estados Unidos
establece que para que una persona pueda servir como presidente, debe ser
ciudadano de los Estados Unidos por nacimiento, tener al menos 35 años y haber
sido residente de los Estados Unidos durante al menos 14 años.
La Vigésima Segunda Enmienda prohíbe que cualquier persona
sea elegida presidente más de dos veces consecutivas. Los candidatos de los
principales partidos buscan la nominación a través de una serie de elecciones
primarias que seleccionan a los delegados que eligen al candidato en la
convención nacional del partido.
La convención nacional de cada partido elige un compañero de
fórmula para la vicepresidencia para formar la candidatura de ese partido.
El candidato a presidente suele elegir al compañero de
fórmula, que luego es ratificado por los delegados en la convención del
partido.
Las elecciones generales de noviembre son elecciones
indirectas, en las que los votantes votan por una lista de miembros del Colegio
Electoral; Estos electores luego eligen directamente al presidente y al
vicepresidente.
En las elecciones presidenciales de Estados Unidos, es
posible que el ganador no sea el candidato que más votos obtenga del público.
Y es que el presidente del país no es elegido directamente
por los votantes, sino por un organismo conocido como el Colegio Electoral.
Cuando los estadounidenses participen en las elecciones
presidenciales del 5 de noviembre, la mayoría votará por la demócrata Kamala
Harris o el republicano Donald Trump.
Pero esos votos no determinarán directamente quién gana. En
lugar de una contienda nacional, se trata de una contienda estado por estado.
Así, ganar en uno de los 50 estados significa que el
candidato obtiene todos los votos electorales de este; estos son, todos los
votos que aporta en el Colegio Electoral. El número varía de estado a estado,
ya que se determina en función de la población.
El Colegio Electoral tiene en total 538 votos. Y para
proclamarse ganador de las elecciones y por tanto presidente, un candidato
necesita hacerse con 270 o más.
Su compañero de fórmula se convierte en vicepresidente. Cada
estado tiene una cantidad concreta de votos electorales, aproximadamente acorde
con el tamaño de su población.
California cuenta con la mayor cantidad, 54, mientras que un
puñado de estados escasamente poblados como Wyoming, Alaska y Dakota del Norte
(y la capital del país, Washington DC) tienen tres.
Salvo muy pocas excepciones, cada estado otorga todos sus
votos del Colegio Electoral al candidato que haya ganado en su territorio; esto
es, el que haya logrado la mayoría del voto popular a nivel estatal.
Por ejemplo, si un candidato gana el 50,1% de los votos en
Texas, se le otorgan los 40 votos electorales de ese estado. Un candidato que
ganara un estado por una mayoría aplastante obtendría la misma cantidad de
votos electorales que si se hubiera impuesto por un solo sufragio.
¿Es posible obtener mayoría a nivel nacional, pero perder
las elecciones?
Sí, es posible ganar las elecciones sin haber obtenido la
mayoría a nivel nacional, solo por haberse impuesto en algunos estados clave.
Es lo que le ocurrió al republicano Donald Trump en 2016,
quien se proclamó ganador a pesar de que obtuvo casi tres millones de votos
menos que su rival, la demócrata Hillary Clinton.
Y en 2000, el republicano George W. Bush derrotó al
demócrata Al Gore a pesar de que este último lo superara en medio millón en el
voto popular.
Sólo otros tres presidentes han sido elegidos sin ganar el
voto popular, todos ellos en el siglo XIX.
¿Por qué se llama Colegio Electoral?
Con "colegio" se refiere al grupo de personas que
se encargan de emitir los votos estatales, conocidos como electores.
Este sistema solo se utiliza para elegir al presidente;
todas las demás elecciones estadounidenses se deciden mediante el voto popular.
¿Cuántos votos necesita el candidato para ganar?
Los votos electorales de cada estado se necesitan 270 votos
de 538 del colegio electoral para ganar la presidencia.
¿Qué sucede si hay empate en el Colegio Electoral?
Si los candidatos están igualados en votos en el Colegio
Electoral, es la Cámara de Representantes, la cámara baja del Parlamento
estadounidense, la que elige al presidente.
Esto sucedió dos veces; en 1800, cuando la Cámara de
Representantes intervino para elegir a Thomas Jefferson, y en 1824 con la
elección de John Quincy Adams como presidente. Dado el predominio actual de los
partidos republicano y demócrata, es extremadamente improbable que esto ocurra
hoy.
¿Por qué se eligió este sistema?
Cuando se redactó la Constitución de Estados Unidos en 1787,
una votación popular nacional para elegir a un presidente era prácticamente
imposible debido al tamaño del país y a la falta de métodos de comunicación
fiables.
Por lo tanto, los redactores de la Constitución crearon el
sistema de Colegio Electoral.
Fue una decisión popular en los estados del sur, donde los
esclavos constituían una gran parte de la población.
Estos no podían votar, pero se les contaba como parte de la
población, lo que dio a los estados del sur una influencia muy grande.
¿Cuáles son sus ventajas y desventajas?
Ventajas:
+ Los estados más pequeños siguen siendo importantes para
los candidatos.
+ Los candidatos no necesitan viajar por todo el país, sino
que pueden centrarse en los estados clave.
+ Los recuentos son más fáciles.
Desventajas:
+ El ganador del voto popular puede perder la elección.
+ Algunos votantes sienten que su voto individual no
importa.
+ Los llamados "estados péndulo" concentran
demasiado poder.
¿Qué son los "estados péndulos"?
La mayoría de los estados votan siempre por el mismo partido
en todas las elecciones.
Por eso, los candidatos presidenciales concentran sus
esfuerzos de campaña en "estados péndulo" específicos, también
llamados bisagras, que podrían inclinarse hacia uno u otro lado, en lugar de
intentar ganar votos en todo el país.
En 2024, los principales estados en disputa son Arizona,
Carolina del Norte, Georgia, Míchigan, Nevada, Pensilvania y Wisconsin.
¿Qué son los electores falsos?
Es un término que a muchos estadounidenses les es familiar
desde 2020, cuando republicanos pro-Trump en siete estados crearan sus propios
electores en un intento de anular los resultados de los comicios.
En algunos casos, crearon y firmaron documentos de
apariencia oficial o llegaron a las capitales estatales el 14 de diciembre,
cuando los electores de todo el país se reunieron para emitir oficialmente sus
votos.
Algunos de los involucrados han enfrentado procesos
judiciales y las investigaciones aún están en curso.
Las elecciones en Estados Unidos son uno de los
acontecimientos más importantes si de eventos democráticos se trata. Millones
de norteamericanos saldrán el próximo 5 de noviembre a las urnas para decidir
en una de las elecciones más polémicas en la historia del país vecino.
Sin embargo, ese día tan importante para los estadounidenses
cuenta con una particularidad que destaca cada elección presidencial: siempre
se realiza el primer martes de noviembre.
Aunque parece un dato curioso, tomando en cuenta que en la
mayoría de los países las jornadas electorales se realizan en domingo, en el
país de las franjas y las estrellas es completamente diferente y tiene de por
medio varios motivos históricos que datan del siglo XIX.
Como en convocatorias electorales anteriores, el mundo está
pendiente de las Elecciones Presidenciales en Estados Unidos 2024.
Latinoamérica no es una excepción, puesto que, en función del presidente
elegido, EEUU adoptará una política más aperturista o restrictiva tras el 5 de
noviembre.
En el caso de Kamala Harris, hasta la fecha, entre otras
actuaciones, se ha enfocado en iniciativas encaminadas a contribuir al
desarrollo económico y la estabilidad de países como Guatemala, Honduras y El
Salvador. Y, para ello, ha liderado iniciativas de cara a movilizar inversiones
privadas de miles de millones de dólares en el denominado Triángulo Norte de
Centroamérica.
De ser elegida presidenta de EEUU, Harris se centrará en
promover una mayor cooperación regional, mejorar la situación de los derechos
humanos, combatir las crisis climáticas y abordar una reforma migratoria que
allane el camino a la ciudadanía estadounidense a determinados grupos de
migrantes, frente al enfoque de contención de su adversario político.
En este sentido, Donald Trump ha propuesto establecer
medidas como el programa Quédate en México o recuperar el espíritu del Título
42 para bloquear la entrada masiva de migrantes a EEUU. Además, es partidario
de las políticas de deportación masivas, así como de continuar construyendo el
muro en la frontera con México.
En términos de relaciones comerciales y políticas, el
candidato republicano renegociaría los acuerdos que mantiene en Latinoamérica
para favorecer los intereses estadounidenses –como hizo con el Tratado entre
México, EEUU y Canadá (T-MEC)–. Y se mostraría más duro contra regímenes como
el de Venezuela a través de sanciones y medidas de presión económica.
¿Quién ganará?
Quiero que gane Kamala Harris, porque es justo que una mujer
sea presidenta de los Estados Unidos, aquí se aplica la frase de Carlos Max,
“no basta con buenas intenciones, es asuntos de intereses” … A nuestro parecer
aun perdiendo gana Donald Trump, porque nunca aceptara la derrota y menos en
los momentos actuales que la diferencia es mínima.
Dr. Amín Cruz CEO presidente, fundador del Congreso
Hispanoamericano de Prensa y del Congreso Mundial de Prensa, Padre embajador
del Periodismo Hispanoamericano y Latinoamericano, diplomático, historiador,
escritor, educador.
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