NEIVA HUILA |
La
Independencia en el Huila
Hacia
finales del siglo
XVIII llegaron a la Nueva Granada,
y por tanto a nuestra tierra, gentes procedentes de la Península para dedicarse
al comercio y a la administración pública, a través de la compra de impuestos y
alcabalas. Ellos se unieron a nuestra
sociedad y adquirieron importantes posesiones, como las famosas haciendas de La
Manga y La Manguita. Además
establecieron, entre otros, lazos de amistad y de negocios con distinguidas personalidades de Santafé.
Por eso, cuando el Cabildo de Santafé de Bogotá declaró la independencia, el 20 de julio de 1810,
bajo el animoso verbo de José Acevedo y Gómez, un grupo de residentes en Neiva, amigos del Tribuna del
Pueblo, por vínculos de negocios, hicieron lo propio en esta ciudad el 27 del
mismo mes y año; los López, los Salas, los Díaz y los Tellos, entre otros,
iniciaban dicho proceso de libertad siguiendo a sus socios de la capital del
Virreinato.
La
causa de la
independencia, que recogió el malestar de algún sector de la
población que ya se había manifestado durante el alzamiento de los Comuneros en
1781, de cuyos dirigentes se recuerda a Toribio Zapata, Pedro León Perdomo, Gerardo
Cardozo, Jacinto Rojas, Vicente Navas, Pascual Castañeda, Salvador Herrera,
Francisco Navas González, Cristóbal Rodríguez, y las matronas Manuela Olaya de
Charres, Juana Gutiérrez de Celis y Ventura Celis, comprometió a la Provincia
de Neiva y a sus
hombres en un largo proceso de
sangre y dolor.
En
nombre de la
libertad, el Consejo Revisor Electoral de Neiva declaró la
independencia Absoluta en la Provincia de Neiva, el 8 de febrero de 1814.
Fueron firmantes del Acta: don Diego Miguel Dussán, Miguel María Ortiz y Durán,
Manuel Tello, José Antonio Amézquita, Nicolás de Pamba, José Manuel de Silva,
José Rafael Cabrera y Francisco Ramón Parra. En las Campañas Libertadoras del Sur (1811-1816),
los huilenses tuvieron acciones intrépidas. Después del movimiento del 27 de julio de 1810,
los patriotas decidieron organizar un ejército regular para la defensa de su
causa.
El
brigadier José
Díaz y el párroco de La Plata, doctor
Andrés Ordóñez, organizan sus guerrillas para enfrentar a las fuerzas realistas
comandadas por Miguel Tacón, n: gobernador de Popayán, en el año de 1811; en
los sitios de Inzá, Paniquitá y Silvia logran hacer prisioneros 16 enemigos, y se
aprovisionan de armas y municiones. Respecto
de estas batallas, el historiador Gilberto Vargas Motta señala en su obra El Huila, pregón de libertad (1982): "Fueron
estos encuentros el bautismo de la República y fueron los huilenses los
primeros en regar con su sangre el suelo de Colombia Independiente. Nuestros
soldados se incorporaron al Ejército Republicano e hicieron gala de su coraje
al mando de Antonio Nariño, representante de los Centralistas, en la Campaña
del Sur en 1813 y de Antonio Baraya y José María Cabal en las batallas de Alto Palacé,
Calibío, Popayán, Cebollas, Tacines y Ejidos de Pasto, donde tuvieron que
saborear el cruel acíbar de la derrota.
En
1815 se expidió la Constitución Federal de la Provincia. "Luego, viene la época del terror desatada
por Pablo Morillo, mal llamado 'El Pacificador'. En la plaza principal de Neiva fueron sacrificados
el 18 de septiembre de 1816 el brigadier José J. Díaz, los coroneles Benito y
Fernando Salas Vargas, el teniente coronel Francisco López, el capitán José María
López, el doctor
Luis Jorge García, y el teniente Nicolás Monsalve. El 7 de octubre del mismo año fue sacrificado
el coronel Manuel Ascencio Tello; además, fueron desterrados el cura y vicario
de Neiva, doctor José Antonio de Rueda, la familia de los Salas y el niño José
Antonio Solano, quien después sirvió a la patria y alcanzó el grado de capitán.
"También
la mujer huilense, con admirable vocación de heroína, afrontó con altivez e
hidalguía todas las vicisitudes de la vida; ni la muerte ni el sufrimiento la
arredra cuando de cumplir sus deberes para con Dios y para con la patria se trata.
Juana Casanova
de Díaz, Juana López de Salas, Feliciana Torrente de Salas, María
Josefa Salas de Tello, María de los Ángeles Vivas de López y Juana Salas de López
son nombres que la historia recoge con sacrosanta devoción; ellas entregaron
sus esposos a la república y aceptaron valerosas su destierro y el de sus
hijos. Y qué decir de las heroínas neivanas Rosaura
Rivera, Dolores Salas, Marta Tello, Antonia Moreno y Mercedes Loaiza, quienes
ofrendaron sus preciosas vidas en el altar de la patria entre 1816 y 1817, bajo
la furia de Morillo. Con sobrada razón expresa el Libertador Bolívar refiriéndose a Neiva: Allí no perecerá el
sentimiento de independencia por más que Morilla y sus esbirros asesinen a los patriotas".
Posteriormente,
los soldados
huilenses acompañaron a Bolívar en
la Campaña del Sur, y con el Libertador fueron hasta el Perú y Bolivia, cubriéndose
de gloria y honor.
Texto extraído del libro “Huila, Montaña Luminosa” del historiador Camilo
Francisco Salas Ortiz
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