Reforma Social Agraria en el Huila
La agudización y extensión de los conflictos agrarios y las necesidades de modernizar el campo, obligaron al gobierno liberal de Alfonso López Pumarejo a expedir la Ley 200 de 1936 o Ley de Tierras, donde claramente se expresaba que la propiedad debía cumplir una función social, se exigía que la propiedad rural fuera explotada y se determinaba las condiciones para que los colonos y arrendatarios obtuvieran el título de propiedad.
En el Huila, y específicamente en la población de Campoalegre, tuvo lugar la primera parcelación, con la aplicación de esta norma, cuando se logró que la familia Ferro Falla permutara con la Caja de Crédito Agrario parte de la gran hacienda Llano Grande, región norte, por la del Juncal. Entre los primeros beneficiarios con esta parcelación se cuenta al ingeniero agrónomo medidor dé los terrenos Julio Malagón y a los señores: Luciano Perdomo, Alfredo Sánchez, Gonzalo Durán, Ricardo Camargo, Nicasio Hernández, Luis Cabrera, Roberto Gutiérrez, Sixto Tovar, David Montenegro, Miguel Pastrana,' Rudesindo Rojas, Benito Falla, Diomedes Barrera, Faustino Silva, Luis Perdomo, Ignacio Escandón, Francisco Murcia, Rosendo Murcia y Abelardo Pastrana.
En 1960 Y luego de transcurridos casi cinco lustros de haberse realizado la primera parcelación en Colombia, el movimiento campesino se inició significativamente en el Huila, fortaleciéndose al calor de las luchas por la tierra y en las invasiones, presionando al Estado para las adjudicaciones respectivas; la Ley 135 de 1961 y la Ley 1 de 1968 pretendieron canalizar institucionalmente los ímpetus del movimiento hasta que fue creada la Asociación Nacional de Usuarios Campesinos -ANUC-, mediante Decreto 775 de 1968 que motivó y facilitó la participación de los campesinos en el proyecto de Reforma Agraria. La década del 70 se inició con un movimiento campesino unido y fortalecido, cuyas presiones sobre la tierra dieron origen a parcelaciones en Campoalegre, Palermo, Tello, Baraya, Rivera, Yaguará, Tesalia, Paicol, Villavieja, Algeciras y Tarqui, principalmente.
Los primeros intentos de conformar las Empresas Comunitarias en el departamento se llevaron a cabo en la municipalidad de Campoalegre, lográndose que existieran establecidas once, con 394 familias beneficiadas y distribuidas así: La Vuelta, 102 familias; Arrolima, 50; a Angostura, 38; Casa Azul, 40; Providencia, 35; Palmera-Servílleta, 35; El Viso, 20; Piravante, 21; La Esperanza, 18; Alemania, 18, y Los Rosales, 17 familias. Estas 11 Empresas Comunitarias sumaban en total de 5.000 hectáreas, las cuales producían arroz en un 80%, ganado un 15%, y un 5% panela.
En el año dé 1973, la Ley 4 y la división de la ANUC en línea Armenia y línea Sincelejo, acabaron por desmovilizar el ascenso campesino, hecho que se reflejó en el Huila en una pérdida de liderazgo, dando pie al surgimiento de una organización alternativa denominada Movimiento Social Integral Campesino -MOSIC-, que tuvo la vida corta de un año largo.
Beneficiarios de la Reforma Agraria en el Huila
El nivel de vida alcanzado por los beneficiarios de la reforma agraria después de varias décadas de acción institucional ha sido favorable. Hoy los parceleros, en promedio, se han convertido en pequeños y medianos empresarios agrícolas, con capacidad de invertir y generar empleo (se calcula que una hectárea origina 6 empleos por cosecha).
El progreso también se nota en la solución que han dado al problema de vivienda, dotada de las condiciones necesarias para la vida actual. La mayoría de los parceleros poseen también vivienda propia en el poblado, originandobarrios e incidiendo directamente sobre la estructura urbana del municipio respectivo. La mayoría de los predios gozan de los servicios de acueducto, alcantarillado, electricidad, y las familias tienen fácil acceso al servicio de salud y pueden costearse servicios particulares en caso de emergencia.
Es notorio que, a pesar de la escasa escolaridad de los parceleros del Incora, éstos han conseguido el bienestar económico sobre la base de una aceptable administración de sus bienes. En cuanto al comportamiento social de los beneficiarios del programa, se nota una tendencia marcada al individualismoen la producción y organización de la comunidad. Esto se ha visto acentuado en los últimos lustros por los cambios en la política gubernamental y la falta de capacitación y educación continuada para el trabajo asociativo, agravado por el éxito económico individual alcanzado entre los parceleros. Cabe destacar, también, la preeminencia jurídica de la propiedad privada sobre el concepto de trabajo asociativo que ha obligado a los parceleros a persistir en la consecución del título de propiedad que los convertirá en únicos dueños delpredio que laboran.
La condición jurídica de empresas comunitarias solo es utilizada cuando se accede al crédito rápido, descuentos y adquisiciones de insumos o herramientas de trabajo. Los beneficiarios de la reforma agraria, en general, han ganado liderazgo social y político dentro de sus regiones, y así vemos como algunos de ellos son diputados, concejales, miembros directivos de juntas de acción comunal y participan en actividades gremiales como Fedearroz, Fenalce y Fedecacao.
La agricultura mecanizada en el Huila
A partir de la década del 40 se implanta la agricultura mecanizada con cultivos transitorios, utilizando tecnologías de alto rendimiento en los cultivos por unidad de área. Para ello se empieza a emplear maquinaria en la preparación de los terrenos, siembra y cosecha, uso de plaguicidas y fertilizantes, variedades mejoradas de alto rendimiento, contratación de asistencia técnica y uso de crédito. Según el cultivo se presentan altos niveles de especialización de la mano de obra en labores de preparación del terreno, siembra y cosecha, aplicación de pesticidas y fumigación.
En la mayoría de los casos los trabajos se ejecutan bajo contrato, por unidad de área o al destajo. Los cultivos más importantes en este sistema de producción son arroz, algodón y sorgo. Los municipios que poseen áreas aptas para sermecanizadas son: Campoalegre, Neiva, Rivera, Palermo, Yaguará, Haba, Tesalia, Paicol, Aipe y Villavieja, tierras que cruzan los ríos Magdalena, Neiva, Páez, Villavieja y Cabrera, entre otros. Los cultivos de este sistema de producción estuvieron hasta. 1990 favorecidos por las políticas macroeconómicas y sectoriales del país a través de los precios de sustentación y las barreras arancelarias a las importaciones, lo cual garantizó, a lo largo del tiempo, tasas de ganancias por encima de los costos de oportunidad del capital. Fueron también favorecidos por las políticas de crédito que contemplaban tasas de interés diferenciales a favor de los empresarios agrícolas.
En las últimas décadas, el agro huilense y colombiano ha tenido que presenciar la globalización económica, patrones de consumo más exigentes en calidad y sanidad, un acelerado proceso tecnológico, la prevalencia de lo urbano sobre lo rural, el agotamiento de los recursos naturales, una creciente preocupación para proteger el medio ambiente y la multifuncionalidad de laagricultura, aspectos que han hecho evidente el estatismo del sector primario de la producción nacional.
Para insertar la economía campesina a la producción moderna e introducir a los campesinos en nuevas alternativas de exportación, hay que incrementartodo lo que es tecnología. A los agricultores hay que darles más facilidades y apoyo en la producción, con asistencia técnica, comercialización y crédito. Nuestros campesinos no es que sean pobres porque no tengan nada, sino principalmente porque no ha habido incentivos de carácter cultural para que ellos tomen sus decisiones en grupo, algo que sería clave para ganar poder de negociación frente a los proveedores de insumos y crédito y frente a los compradores.
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