Historia. La
hacienda matamundo se construyo en 1940 y esta a la salida de Neiva, en la
actualidad funciona un exclusivo hotel que lleva su nombre. Empezaremos por decir que dentro del
perímetro urbano actual, existen algunos fenotipos de casas de hacienda de
clima ardiente y calentano. El mejor conservado y que contiene los mayores
elementos tradicionales de las formas constructivas ancestrales es la casona de
la hacienda de Matamundo, localizada al sur occidente de la urbe, a la altura
de la intersección de la carrera Quinta con el Río del Oro.
Hacienda Hostería Matamundo, Neiva Huila |
La
historia de la Hacienda de Matamundo se remonta a los primeros años de
existencia de la Ciudad de la Limpia Concepción. Los archivos notariales hacen
referencia de ella en el año de 1733, en el documento testamentario consultado
se describe la casa existente «... una casa vieja de paja con tres puertas de
madera y una de bastidor con su cocina y el corral todo (avaluado) en veinte
piastras...»
Por
las características de los materiales descritos antes, la casa debió
destruirse, pero la tradición continúa. El 15 de marzo de 1901, la hacienda de
Matamundo adquiere una trágica dimensión; en sus tierras se libra una de los
más sangrientos combates de la guerra civil de Los Mil Días. El reporte oficial
del hecho aparte de relatar en detalle la épica jornada describe someramente la
casa entonces existente y sus alrededores; «...cerca al linde de la vega y a
pocos metros de la población se levanta la casa de un hato con una dehesa
encerrada por cercas de piedra, y toda la vega está cercada de tapias; por el
lado occidental pasa la vía nacional del sur, y al lado del Levante lo
atraviesa el camino de Neiva al Caguán.»
Muy seguramente la casa a que se hace referencia es la misma de la
hacienda ya que su localización coincide con la actual.
Después
de haber fallecido en el lugar su propietario, el doctor Agustín Uribe
Afanador, el año de 1933 la hacienda es adquirida por el médico Max Duque
Gómez, artífice de la actual construcción, Alberto Vargas Meza en sus reseñas
inéditas del Neiva antiguo, anota sobre el particular: «... pasando el Rio del
Oro, se atravesaba la vieja portada hasta Ilegar a la antigua casa de
Matamundo, porque aún no se había construido la moderna, que hoy sirve de
flamante hostería, que antes fue la hacienda familiar de los esposos Duque
Palma y sus retoños, más tarde Clínica Santa Isabel...»
El
señor Pedro Antonio Lozada relata que después de trasladarse La familia al
casco urbano de Neiva y haber servido el edificio de clínica, la casa
permaneció abandonada por algún tiempo utilizándose solamente en las faenas
agrícolas y como expendio de leche antes de iniciar su paulatina restauración y
adaptación como hostería.
Fue
construida atendiendo el diseño del doctor Max Duque Gómez, consta de tres
cuerpos dispuestos en forma de «H» irregular y cuerpo central. Caracteriza su
acceso mediante un amplia escalinata ubicada en el cuerpo central demarcada por
jardines y las galerías de los dos cuerpos complementarios. Utiliza para su
construcción materiales como ladrillo cocido cemento y teja de barro.
Su
núcleo original que se destaca en medio las adiciones constructivas
posteriores, consta generalmente de un cuerpo rodeado de corredores
perimetrales, que actualmente es usado como recepción, comedores, cocinas, y
oficinas administrativas de la Hostería que lleva su mismo nombre. Dada su
posición estratégica sobre una colina u otero, condición que es relevada por
una torrecilla o mirador de la Ciudad, la casa conserva sus pisos originales en
baldosín de cemento de principios del siglo, fachadas adornadas por grandes
puertas y ventanas en maderas rollizas, cerchas portantes del techo en el mismo
material, cubierta en teja de barro tipo español y jardines exteriores que
conforman espacios determinados por portadas de cal y canto y cercas de piedra.
Es
notorio el tipo de elementos ornamentales de sus columnas y pies derechos, que
recuerdan adornos de origen oriental, chinos y japoneses, lo que le dan al
conjunto un carácter especial. Por su uso actual y por su grado de
conservación, no es preocupante su deterioro a corto y mediano plazo, por lo
que seguiremos contando con este monumento como exponente claro de la arquitectura
suburbana e histórica de Neiva.
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